Santuario espiritual dentro de otro santuario natural. Reserva Natural en 1987 por atesorar el único bosque autóctono de carpes o Carpinus betulus, también conocidos como abedulillos, de la península. También encontraremos castaños centenarios, arces, robles y fresnos.
Es tradición que se beba primero de cada uno de los caños y que luego se frote con un paño mojado la parte afectada. Luego, se abandonan los pañuelos en los alrededores de la fuente, y posteriormente el cura los recogerá y los quemará. La costumbre viene de largo, por eso, antes de que llegara aquí la imagen de San Juan Bautista que hoy habita la cueva, los rezos y las ofrendas eran para las ninfas que, según la mitología, habitaban esta zona desde los albores del tiempo.
En el km 4,4 de la carretera que une Igantzi con Arantza, se encuentra la entrada desde la que podremos realizar un paseo hasta la cueva. Atravesamos el arco y un camino que discurre junto al cauce del río nos conduce hasta las 3 fuentes, subiendo una escalinata a su derecha, llegaremos a la gruta-ermita.
